martes, 9 de junio de 2015

Reserva de la Biosfera de Anaga: la fragancia del bosque

La Reserva de la Biosfera de Anaga está ubicada en los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Tegueste, además de la franja marina que la rodea. Con este nombramiento Tenerife se suma a los territorios canarios con esta distinción: La Palma, Lanzarote, El HierroFuerteventura, La Gomera y parte de la isla de Gran Canaria.




© UNESCO/ Sergio Socorro
Para celebrar este reconocimiento hemos seleccionado algunos pequeños textos de la literatura de viajes, en torno al siglo XIX, en los que aquellos visitantes plasmaron sus impresiones sobre este territorio.
En estas citas bibliográficas de Anaga los autores describen su admiración por la cumbre, los bosques, la presencia del agua y la sensación acogedora, reconfortante y de paz de este lugar singular de Tenerife. Estos son algunos de los valores que hoy se intenta preservar.





Anaga en la literatura de viajes

Cumbres de Anaga
Valentín Sanz (1849-1898)
"En los bosques de las regiones elevadas admira el viajero grupos de árboles siempre verdes, distintos de los que se ven en las selvas de Europa, Siendo esta región, especialmente en su extremo NE., tan poco visitada de los sabios que han llegado á este archipiélago, y permaneciendo aún desconocida para casi todas las personas ilustradas del país, fácil es comprender como todavía puedan existir algunas especies vegetales ignoradas de los naturalistas y que aún se hallen por clasificar" (1898).

Con estas palabras Manuel de Ossuna advertía de lo poco frecuentada que era Anaga por los ilustres visitantes que llegaban a las islas, en una época en que las expediciones de viajeros y científicos europeos eran ya muy frecuentes.
A pesar de todo, algunos de ellos sí se adentraron en la zona y dejaron su testimonio en los textos.

No podía faltar la visión sobre Anaga de René Verneau (1852-1938), antropólogo francés que llegó a las Islas Canarias en el año 1877 y que a partir de ese momento quedó ligado a este archipiélago. Su viaje tenía una misión científica: constatar la hipótesis sobre la relación étnica entre los antiguos habitantes de las islas y el hombre de Cro-Magnon. Así narró su paso por Taganana:


“Taganana es un pueblo bonito, cuyas casas blancas, con postigos verdes, se destacan vivamente entre las montañas sombrías que lo rodean por todas partes (..). El agua no falta pues corre en abundancia por el barranco que pasa en medio del pueblo y que hay que vadear (..)” (1881).

Otro de aquellos viajeros, al que es posible que más haya impactado su paso por Anaga, fue Jules Leclercq (1848-1928) humanista y viajero belga que visitó Canarias y que relató apasiondadamente su experiencia:

"Cuando se sigue la carretera de Santa Cruz a La Laguna se ve, hacia el noreste, una cadena de montañas volcánicas que alzan al cielo sus agudas y recortadas crestas. Es la cordillera de Anaga, sistema montañoso totalmente independiente del macizo que se agrupa alrededor del Teide”.
“Estas montañas me llamaron la atención desde mi llegada a Tenerife por sus formas violentas y atormentadas. Han sido poco exploradas y no sé de viajero alguno que las haya descrito. Acabo de hacer una excursión a ellas, en la que he tardado más de veinte horas, mochila al hombro, a través de los parajes más salvajes y desiertos”.
“Algunas altas cumbres van apareciendo a la luz de la aurora, llameando como gigantescos candelabros de oro, mientras otras se velan con las brumas mañaneras. Esta naturaleza es tan serena al despertar que parece salir con desgana de su reposo”.
“Sobre nuestras cabezas se despliega un bóveda de verdor que no pueden atravesar los rayos solares. El aire está impregnado del perfume del bosque virgen”.
“Es preciso haber recorrido a solas estas cumbres, en medio de nubes y ráfagas de viento, para conocer lo que hay de reconfortante en el sumergirse en los fortificantes efluvios de la naturaleza”.
“En aquellas alturas reinaba un profundo silencio, solo interrumpido por el temblor de las húmedas hojas, agitadas por el soplo de la brisa” (1879).

También escribió sobre el sentimiento que Anaga le provocaba Sabin Berthelot (1794-1880), de origen marsellés que llegó a Tenerife en 1820, donde residió hasta su muerte. Escribió con el botánico inglés Philip Barker Webb la obra "Histoire Naturelle des Îles Canaries", a la que este blog le dedicó una entrada. De su bella descripción de Anaga tomamos el título para este artículo, que bien podría resumir el sentir general de viajeros, aventureros o caminantes de aquella época y tal vez, incluso, de la actual:

"Es preciso haber aspirado la fragancia del bosque [de Anaga] para concebir lo que el espíritu experimenta, de intenso goce, en medio de esta atmósfera, tan llena de vida. La paz del lugar, su grandioso aspecto, sus bellezas virginales, llevan el pensamiento a la meditación”.
“Llegamos al pequeño valle y bajamos al pueblo que la espesura nos había ocultado hasta entonces. El relieve es accidentado, desigual, los altozanos están coronados por chozas y casitas, y entre ellos, barrancos que separan los grupos de viviendas. El terreno es fértil y está regado por pequeñas corrientes de agua…” (1820).

Por último, recogemos la referencia de George Glas (1725-1765), comerciante escocés, vino a Canarias por negocios y dejó escritas sus impresiones sobre muchos y variados aspectos de las islas, de Anaga escribió:

“…hay muchos, pequeños, agradables y románticos valles y hondonadas, con abundancia de agua y muchos umbrosos bosquecillos” (1764).

Y si después de leer estos textos nos dan ganas de visitar Anaga, como adelanto al paseo, les dejamos con este pequeño vídeo de presentación de la Reserva de la Biosfera de Anaga en la Unesco, para visulaizarlo ir al octavo vídeo en la lista Biosphere Reserve 2015.


Citas bibliográficas
1. Berthelot, S. Primera estancia en Tenerife (1820-1830). Tenerife: Instituto de Estudios Canarios, 1980.
2. Berthelot, S. Les miscellanées canariennes, texte. En: Histoire naturelle des îles Canaries. Paris: Béthune, 1836-1844.
3. Glas, G. Descripción de las Islas Canarias: 1764. 1ª ed. 3 reimp. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 1999.
4. Glas, G. The history of the discovery and conquest of the Canary Islands ... London: printed for R. and J. Dodsley ... ; and T. Durham ... , 1764.
5. Leclercq, J. Viaje a las Islas Afortunadas: cartas desde las Canarias en 1879. 2ªed., Tenerife, Idea 2006.
6. Leclercq, J. Original: Voyage aux Iles Fortunées: lettres des Canaries. 10 ed., Paris: Libraire Plon, 1898.
7. Ossuna y van den-Heede, M. Noticias sobre la flora y la fauna de Anaga (Islas Canarias), 1898.
8. Verneau, R. Cinco años de estancia en las Islas Canarias. 5ª ed. en esp. La Orotava: J.A.D.L., 1996.
9. Verneau, R. Cinq années de séjour aux Îles Canaries. Paris: A. Hennuyer, 1891.

Nota: agradecemos la colaboración del investigador Daniel García Pulido en la selección de estas citas.

Fuentes y más información
Patrimonio Bibliográfico Lacunense:
Sobre los territorios Reservas de la Biosfera en Canarias:
Gobierno de Canarias. Reservas de la Biosfera
Red Española de Reservas de la Biosfera
Red Mundial de Reservas de Biosfera Islas y zonas costeras
Unesco. Reservas de la Biosfera, España

Recursos para saber más de Anaga:
Página web Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga

Otros (geología, flora, paisaje, cultura o historia):
PuntoQ con enlaces a documentos del catálogo y artículos*

Dialnet enlaces a artículos con texto completo.
*Para acceder al texto completo de algunos artículos es necesario validarse como usuario de la ULL.

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