miércoles, 7 de septiembre de 2016

Rememorando a Luis Cola Benítez, cronista veraz, investigador apasionado, insustituible amigo

La Biblioteca Canaria rinde homenaje al cronista Luis Cola Benítez, recientemente fallecido, con este artículo de nuestro compañero e investigador Daniel García Pulido.


Luis Cola Benítez (1933-2016)

Siempre se ha dicho que hay y ha habido personas que, desde sus primeros años, tienen marcada una senda, un espacio concreto que va a definir sus vidas y su manera de fundirse con lo que les rodea. Luis Cola Benítez, a cuya memoria van dirigidas estas líneas, era un ejemplo invaluable de ese designio atemporal que juega con nosotros y con nuestra existencia… Si alguien estaba destinado a ser cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife desde su nacimiento era él.
Podemos imaginarlo fácilmente deambulando, bajo esa candidez infantil que se apropia de todo con un interés y entusiasmo desmedidos, entre los fondos de la exquisita colección de antigüedades canarias reunida por su abuelo materno, el impresor Anselmo J. Benítez, dejándose hechizar de manera indeleble por el roce y la lectura de los manuscritos ajados por el tiempo, por la contemplación de los huesos y cráneos guanches en las vitrinas, por la infinidad de objetos, artilugios y especímenes guardados con cariño por su antepasado, desde animales disecados, a rocas, minerales, monedas o instrumentos de laboratorio.

Si a ese componente romántico asociado a la cercanía de testimonios del pasado le añadimos la huella de su querido padre, Joaquín Cola Escolano, uno de los fundadores del Club Deportivo Tenerife, del que nuestro Luis llegaría a ser, andados los decenios, socio nº 1, tendremos ese aditivo pasional que bañaría de forma innegable no solo su quehacer humano, su propia vida, sino particularmente su producción investigadora.
Su devenir vital aparece revestido siempre de humildad, una sencillez, un compromiso que solo pudieron haber tenido origen en una educación paternal exquisita, plena de admiración y respeto.
En no pocas ocasiones nos recordaba Luis sus largas exploraciones a pie junto a su progenitor, descubriendo los mil y un rincones de esta isla de Tenerife que esperan mostrarse a quienes tienen el tesón, la paciencia y el apego por ir en su busca, especialmente aquel singular trayecto que les llevó a ambos desde Santa Cruz de Tenerife a subir a La Laguna, recorrer todo el norte insular y, pasando por La Orotava, ascender a El Teide en lo que era un homenaje a todos aquellos viajeros de centurias pasadas que ascendieron a la vieja cumbre siguiendo ese mismo trazado.

Sabedores de su esencia no extraña que su obra investigadora englobe la esencia íntegra de su ciudad natal, Santa Cruz de Tenerife. Ese marchamo bibliográfico dio comienzo con su interés por los barrancos de Añazo -auténticas arterias de la capital que han marcado su desarrollo, su figura urbana-, para continuar con el estudio del abastecimiento de sus aguas –auténtica “sangre” de la urbe, que le da razón de vida- y de las epidemias que asolaron este enclave a lo largo de la historia. 
Su afán derivó a darle contenido a ese entramado ya configurado, adentrándose en la fundación, en el simbolismo de sus nombres y sus calles, en las claves iniciales que dieron paso a la génesis de una población que cuenta su pasado en cinco largas centurias. 
La Gesta del 25 de Julio de 1797 fue uno de sus escenarios preferidos, rescatando la figura de un héroe santacrucero, Francisco Grandi Giraud, avezado teniente de artillería de milicias a quien la capital debe gran parte del éxito sobre el asalto británico liderado por Nelson.

Crítico defensor de la deslavazada realidad patrimonial santacrucera, a Luis Cola le debemos la salvación, entre otros entornos, del famoso Puente del Cabo –primera construcción de ese tipo en la isla-, de la batería de San Francisco, de la Plaza de Toros, y de tantos y tantos espacios condenados a la desaparición bajo la desidia y desinterés de las autoridades. Su preocupación firme fue reconocida con varios premios periodísticos por su labor de erudición investigadora. También recibió merecidamente la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, por la fundación, junto a José Luis García Pérez, de la Tertulia de Amigos del 25 de Julio, asociación que nuestro cronista lideró desde sus inicios para elevarla a cotas de excelencia en el asesoramiento patrimonial de Santa Cruz de Tenerife.

En nuestra retina quedará para siempre su rutina diaria, verdadera lección de compromiso con la capital, con ese paseo matutino, aún envuelto en las sombras del temprano amanecer, que le llevaba a las instalaciones de su querido Real Club Náutico, donde tras un chapuzón en las aguas del muelle, tomaba rumbo al archivo municipal. Una vez allí, año tras año, en una paciente y metódica labor de detective, desgranó la realidad del pasado de la urbe chicharrera a través del estudio de las actas de la corporación, redescubriendo para nosotros una fuente primordial con la que ver con otra mirada la evolución, venturas y desventuras de Santa Cruz de Tenerife. Avanzada la mañana abandonaba el archivo para dirigirse al encuentro de su querida esposa, Luz, su compañera en esta preciosa vida, y por la tarde no era extraño verle acudiendo a toda actividad, acto o acontecimiento que diera lustre al contexto cultural de la ciudad. 
Su voz resuena aún en el Casino, en el Colegio de Médicos o de Farmacéuticos, en el salón de sesiones del Ayuntamiento y en todos aquellos lugares donde impartió charlas y conferencias que nos llevaron, por momentos, a viajar a un Santa Cruz que Luis Cola conocía como pocos…, ese Santa Cruz orgulloso de contar con un Gabinete Instructivo, con figuras como Villalba Hervás, Patricio Estévanez, Felipe Poggi…, ese Santa Cruz recorrido por barrancos ancestrales, con el susurro del agua en las canales…, ese Santa Cruz, en fin, que se enorgullece de ser la cuna de figuras que se desviven por enaltecer su razón de ser, su pasado y su futuro más cercanos.

Daniel García Pulido
Biblioteca Canaria
Universidad de La Laguna



Notas
Las imágenes son propias.
Además de sus publicaciones en revistas especializadas, Luis Cola Benítez colaboró con numerosos artículos en los diarios El Día y La Opinión de Tenerife. Encontrará los publicados desde 1996 en nuestra prensa digitalizada. Si no está conectado a la red universitaria, pulse en este enlace y valídese con su nombre y contraseña.
  
Bibliografía completa de Luis Cola Benítez en nuestro catálogo.

Obras reseñadas en el artículo:
COLA BENÍTEZ, L.. Barrancos de Añazo. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntañmiento, 1986.
____. Fundación, raíces y símbolos de Santa Cruz de Tenerife: (apuntes históricos). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2006.
____. El Gabinete Instructivo de Santa Cruz de Tenerife (1869-1901). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2001.
____. La historia del 25 de julio de 1797 a la luz de las fuentes documentales. García Pulido, Daniel; Rumeu de Armas, Antonio (pról.). Santa Cruz de Tenerife: Ediciones del Umbral: Tertulia de Amigos del 25 de Julio de 1797, 1999.
____. Miguel Villalba Hervás: un repúblico íntegro: cartas a Patricio Estévanez. Santa Cruz de Tenerife; Idea, 2003.
____. Reflexiones sobre el ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife (1797): a propósito de un documento olvidado. Santa Cruz de Tenerife: Goya, 1991.
____. Santa Cruz, bandera amarilla : epidemias y calamidades (1494-1910)
2ª ed.Santa Cruz de Tenerife : Idea, 2005.
____. Sed: la odisea del agua en Santa Cruz de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Emmasa, [2010].
ONTORIA OQUILLAS, P.. Fuentes documentales del 25 de julio de 1797: fuentes documentales del 25 de julio de 1797 de la victoria del General Gutiérrez, las tropas regulares y las milicias isleñas sobre la escuadra inglesa del Contralmirante Nelson. Cola Benítez, L. y García Pulido, D. ,recop., transcrip. y notas. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 1997.

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